Un día como hoy, hace 275 años, nacía uno de los grandes pintores de la historia de España: Francisco de Goya y Lucientes, una persona que estuvo íntimamente ligada a la Casa de Alba.
Goya retrató a la duquesa en varias ocasiones, ya que los Duques de Alba fueron sus mecenas. En el Palacio de Liria se conservan dos de sus cuadros. Éste en el que vemos a la Duquesa vestida de blanco, y otro en el que se retrata a la Marquesa de Lazán, en 1804, y está considerado como uno de los retratos femeninos más hermosos del pintor.
En este icónico retrato de María del Pilar Teresa Cayetana de Silva Álvarez de Toledo, XIII duquesa de Alba, la duquesa tiene treinta y tres años, y va ataviada con un elegante vestido blanco de talle alto en el que destaca la cinta roja atada a la cintura. El blanco y rojo aluden a los colores de la Casa de Alba, cuyo escudo de armas se rodeaba en el siglo XVIII de un manto de púrpura forrado de armiño, aunque también podrían derivar de la moda usada en Francia como protesta por la sangre vertida durante el terror revolucionario.
En el cuadro llama la atención la maestría con que se ha pintado la tela del vestido y la larga melena rizada oscura hasta la cintura, reflejo de la personalidad de la XIII Duquesa. En el brazalete de su brazo izquierdo pueden leerse las iniciales de sus ilustres apellidos, la S de Silva y la T de Álvarez de Toledo, de su marido. La mano derecha está extendida hacia el suelo señalando la inscripción con la firma del autor “A la Duquesa / de Alba Frco. De / Goya 1795”. A su lado un perro blanco de lanas fue incorporado más tarde. Su pata trasera se adorna con un pequeño lazo rojo a juego con el de la duquesa.